CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. Los casos de abuso sexual en El Sistema tienen historia-

los casos
Los casos de abuso sexual en El Sistema tienen historia-(a).
El testimonio de "Lisa" no es el único. Reunimos la visión de algunas víctimas, la respuesta de la institución y la opinión de terceros ante los casos de abusos a menores en la red de orquestas
Gabriela Mesones Rojo y Rafael Osío Cabrices
25 de junio de 2021

El Sistema alega que está reforzando sus estructuras de prevención y atención desde hace años. Las víctimas sostienen que no había cómo denunciar lo que les pasaba.

Cuando estalló lo que podemos llamar un movimiento MeToo en Venezuela, en abril, y la veloz reproducción de testimonios en redes sociales se enturbió con el suicidio de Willy McKey, no todo el mundo se dio cuenta de que nada menos que El Sistema, esa organización tan respetada en Venezuela y tan elogiada en el resto del mundo por su labor social y educativa, estaba también siendo interpelado por mujeres que sufrieron acoso y abuso mientras eran estudiantes allí, menores de edad.
El 23 de abril, en Facebook, Angie Cantero dijo que había sido acosada en El Sistema desde los nueve años. Poco después, en Twitter y en un blog que creó para hablar de esto, una oboísta de Lara, que solo se identifica con el pseudónimo de “Lisa”, contó su historia de abusos de parte de dos profesores, uno de un Conservatorio y otro del Sistema. El segundo de ellos la sedujo a ella y, de alguna manera, a su familia, durante años. La apartó de los demás, destruyó su relación con la música y por tanto su futuro en ese arte, y tuvo relaciones sexuales con Lisa cuando era su alumna y menor de edad.
Escrito desde el anonimato, que vamos a mantener en esta crónica, el testimonio de Lisa provocó la respuesta de la Fundación Musical Simón Bolívar, la entidad que administra El Sistema, en forma de un comunicado

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Nota de O. Buscaya.((a) Los casos de abuso sexual en El Sistema tienen historia

Pues, la lucha contra las motivaciones del patriarcado es en el control que ejerce, él mismo, en la totalidad del ordenamiento social, el punto débil de cualquier alternativa de “acordar” la mujer con el varón, la igualdad.
Los logros de la mujer como concesión del patriarcado, en la actualidad, es la artimaña interpuesta para no atacar la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón. Disimular simplemente el motivo de su desprecio a lo femenino, por lo menos temporalmente.
La soberbia del patriarca, manifiestamente perversa, no obstante, su pretendida “superioridad” fálica, representa la permanencia en un estadio de la inhibición de su desarrollo como regresivo.
El recorrido de los hechos, en la historia de la civilización, nos indica que no es necesario que las distintas significaciones de su irresoluble perversión y ambigüedad sexual, sean compatibles entre sí: es decir, que se complementen formando un todo unitario. Basta que tal unidad resulte, de ser un solo y mismo tema el que ha dado origen a las distintas actitudes; desde la rebelión de la horda primitiva, el derecho de pernada, la inquisición, etc.
La irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón integra simultáneamente varios sentidos en oriente y occidente; en el jeque, en la favela, en la villa miseria, en la iglesia, etc., expresando sucesivamente varias significaciones. Puede cambiar por otro, en el transcurso de los años, uno de sus sentidos, incluso el fundamental de la ciencia que consideraba inferior a la mujer fundamentándolo en una menor masa cerebral, a un “reconocimiento” actual de no considerarla idiota, haciendo una transferencia de un sentido al otro.
Hallamos en la civilización patriarcal un rasgo conservador en cuanto a la irresoluble perversión y ambigüedad sexual, que una vez constituida, tiende a perdurar, aunque la idea inconsciente que halló en ello su expresión, haya perdido su significación primaria.
En la constitución de la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón, la transferencia de la excitación puramente psíquica de las fases edípicas a lo somático, como conversión, se halla ligada a condiciones favorables que privilegian el rol masculino activo y el femenino pasivo.
Es así que, al patriarcado simulador, con el manifiesto deseo de “igualdad”, se le hace mucho más fácil constituir relaciones asociativas entre las “nuevas ideas igualitarias” y por este camino abierto fluye la excitación procedente de la “nueva fuente” de estímulo hasta la antigua salida, desde donde parte la irresoluble perversión y ambigüedad sexual del varón, que permanece irreductible.
Resolver la parte psíquica es lo más importante y es posible; si el poder, la prevención y educación, queda en manos de lo femenino, para así impedir en las fases edípicas la conversión del varón a la irresoluble perversión y ambigüedad sexual.
Buenos Aires
Argentina
2 de julio de 2021
Osvaldo V. Buscaya (OBya)
(Psicoanalítico)